
Fisioterapia laboral: cómo reducir bajas y mejorar la productividad
¿Cuántas veces has notado que, después de un día de oficina, tu espalda se siente peor que después de una sesión en el gimnasio? Curioso, ¿verdad? Pasamos horas sentados en una silla, en una postura que muchas veces no es la ideal, y, sin embargo, el dolor aparece sin previo aviso.
No hace falta levantar pesas para que las lumbares se quejen, ni correr una maratón para que el cuello se tensione. Basta con un teclado, una pantalla y una silla de oficina. Pero aquí entra en juego un concepto que está cambiando la forma en la que las empresas cuidan de sus empleados: la fisioterapia laboral.