Punción seca: qué es, cómo actúa y cuándo puede ayudarte
Autor:
Gabriel Leguizamon
Fecha:
Julio 2025
Tiempo de lectura:
8 minutos
Categoría:
Técnicas de fisioterapia

Punción seca: qué es, cómo actúa y cuándo puede ayudarte

La punción seca es una técnica eficaz para aliviar el dolor muscular y liberar la tensión acumulada. Ayuda a mejorar la movilidad, reducir la hipersensibilidad del sistema nervioso y acelerar la recuperación funcional cuando se combina con ejercicio y tratamiento personalizado.

Punción seca
Punción seca

¿Qué es la punción seca?

La punción seca es una técnica utilizada por fisioterapeutas para tratar dolores musculares que tienen su origen en lo que llamamos comúnmente “puntos gatillo”: pequeñas zonas dentro del músculo que están más tensas y sensibles de lo normal. 

En esta técnica utilizamos una aguja sólida, estéril y muy fina para estimular directamente el tejido afectado. El objetivo no es “romper la contractura” ni “pinchar un nudo”, sino estimular el sistema nervioso para que el músculo recupere su función normal.

Y te preguntarás: ¿Por qué queréis estimular el sistema nervioso si mi dolor es muscular? 

Porque hoy sabemos que el dolor no siempre depende solo de lo que está pasando en el músculo (sí, cuando el músculo está afectado, está más sensible de lo normal), sino que también depende de cómo el sistema nervioso interpreta y responde a ese estímulo (porque en muchos casos, el sistema nervioso está exagerando la señal del dolor, como si hubiera dejado el "volumen" del dolor demasiado alto, incluso cuando ya no hay un daño real).

Por eso, con la punción seca buscamos actuar en los dos sentidos: sobre el músculo y el sistema nervioso para reducir la sensibilidad, restaurar el movimiento y reducir el dolor.

 

¿Es lo mismo la punción seca que la acupuntura?

No, aunque ambas técnicas usan agujas muy finas, no son lo mismo ni tienen los mismos objetivos.

La punción seca es una técnica desarrollada desde la fisioterapia y la medicina occidental. Se basa en el conocimiento actual sobre anatomía, neurociencia y dolor. Su objetivo es tratar disfunciones musculares, especialmente los llamados puntos gatillo, que son zonas del músculo con más tensión y sensibilidad. No se introducen medicamentos ni sustancias, y la intervención está enfocada en modular la respuesta del sistema nervioso y mejorar la función muscular.

Por otro lado, la acupuntura proviene de la medicina tradicional china. Su enfoque es muy distinto: trabaja sobre puntos de energía llamados meridianos con el objetivo de restablecer el equilibrio del “Qi” (energía vital), según los principios de esa tradición.

En resumen: se parecen en la forma, pero no en el fondo ni en su aplicación clínica.

 

¿Qué cambios positivos produce la punción seca?

La punción seca produce cambios importantes en el músculo y en el sistema nervioso que ayudan a reducir el dolor y a recuperar el movimiento.

Es fundamental entender que estos cambios son temporales. La punción seca por sí sola no resuelve el problema de raíz, pero puede facilitar y acelerar la recuperación si se combina con ejercicio terapéutico, educación sobre el dolor y un plan de movimiento bien adaptado a cada persona.

Estos son los principales mecanismos por los que funciona:

1. Cambios mecánicos

Al introducir la aguja en una zona del músculo que está tensa o sobrecargada, es habitual que este reaccione con una pequeña contracción involuntaria. Es como una “sacudida” que ayuda a que el músculo se relaje, recupere su longitud natural y se mueva mejor.

2. Modulación neurológica

La estimulación de la aguja también activa rutas del sistema nervioso que pueden disminuir la percepción de dolor. Es como si el cuerpo recibiera el mensaje de que “ya no es necesario seguir en estado de alerta” en esa zona. Esto puede ayudar a reducir la hipersensibilidad local o general.

3. Recuperación del control muscular

Tras una lesión o con dolor persistente, algunos músculos pierden la capacidad de activarse correctamente. La punción seca puede servir como un estímulo para "recordarle" al cuerpo cómo contraer esa zona de forma eficiente, lo cual es clave en la rehabilitación de zonas como la espalda, rodilla o cuello.

4. Reacción bioquímica local

Se ha observado que tras aplicar punción seca, disminuyen ciertas sustancias inflamatorias y químicas relacionadas con el dolor. Esto hace que el entorno muscular esté menos irritable y más preparado para responder a otros tratamientos.

 

¿Qué síntomas y/o problemas se suelen tratar con punción seca?

La punción seca se aplica principalmente en el tratamiento del dolor musculoesquelético, es decir, el dolor que proviene de los músculos, los tendones y las fascias. Su uso es especialmente útil cuando se identifica lo que se llama una disfunción miofascial: una alteración en el comportamiento del músculo que suele estar asociada a tensión, dolor y rigidez.

Aunque no es una solución única ni universal, la evidencia respalda su uso en los siguientes casos:

  • Dolor muscular (miofascial): Es la indicación más común. Se trata de un dolor que aparece en un músculo sin que haya necesariamente una lesión estructural grave. Suele ir acompañado de rigidez, sensación de nudo o sobrecarga, y puede limitar el movimiento. Es muy habitual en zonas como la espalda, el cuello, los hombros, las caderas o las piernas.

  • Dolor referido de origen muscular: A veces, el dolor no se siente exactamente donde está el problema. Por ejemplo, un punto gatillo en el trapecio puede provocar dolor de cabeza o sensación de presión detrás del ojo. Un punto en el glúteo puede generar dolor que baja por la pierna, similar al de una ciática. La punción seca permite identificar y tratar ese músculo “culpable” que muchas veces pasa desapercibido.

  • Pérdida de movilidad: Cuando un músculo está muy tenso o acortado, puede impedir que una articulación se mueva con normalidad. Esto es común tras una lesión o en personas con dolor persistente. La punción seca ayuda a liberar esa tensión y facilita que el cuerpo recupere su rango de movimiento.

  • Tendinopatías con sobrecarga muscular asociada: En lesiones como la epicondilitis (codo de tenista), la fascitis plantar o problemas en los tendones del hombro, muchas veces hay músculos cercanos que están sobrecargados y tiran del tendón. Tratar esos músculos con punción seca puede reducir la tensión general y mejorar el proceso de recuperación.

  • Síntomas persistentes tras lesiones agudas: Por ejemplo, dolor muscular crónico tras un esguince cervical (latigazo), o tras una lumbalgia que deja dolor residual pese al tratamiento convencional.

  • Dolor crónico musculoesquelético: En condiciones como la fibromialgia, el dolor lumbar crónico o las cervicalgias, donde el sistema nervioso está más sensible de lo normal (lo que se conoce como sensibilización), la punción seca puede tener un efecto modulador que disminuye esa hipersensibilidad.

¿Debo usar siempre la punción seca para tratarme?

No. Aunque la punción seca es una técnica segura y puede ser muy útil en algunos casos, no es imprescindible ni adecuada para todas las personas. Existen situaciones donde está contraindicada (como en personas con fobia intensa a las agujas, trastornos de coagulación o infecciones activas), y otras donde debe aplicarse con precaución.

Además, si no te sientes cómodo con esta técnica, existen muchas otras herramientas igual de válidas: ejercicio terapéutico, terapia manual, educación en dolor, entre otras. Lo importante es que el tratamiento se adapte a ti, no al revés.

Siempre debe haber una evaluación clínica previa y un consentimiento informado antes de aplicar cualquier técnica invasiva.

 

¿Qué puedo notar después de realizarme punción seca?

Después de realizarte punción seca es habitual notar sensaciones distintas en el cuerpo, y la mayoría de ellas son normales y temporales. Cada persona responde de manera diferente, pero lo más frecuente es:

  • Molestia o sensación de agujetas en la zona tratada: Puedes sentir como si hubieras hecho ejercicio intenso en ese músculo. Esta sensación suele durar entre 24 y 48 horas, y mejora con movimiento suave, calor local o estiramientos ligeros.

  • Alivio del dolor o liberación de tensión: Muchas personas notan que la zona tratada se siente más “liberada” o con menos rigidez. Este cambio puede ser inmediato o aparecer en los días siguientes.

  • Fatiga local o general: Es normal sentirse algo más cansado o con sensación de pesadez el mismo día de la sesión. Suele desaparecer rápidamente.

  • Pequeños hematomas o enrojecimiento: En algunos casos puede aparecer un pequeño moratón o una leve inflamación en el punto de entrada de la aguja. No es peligroso y desaparece solo.

  • Cambios en el movimiento: Es posible que tras la sesión notes una mejora en la movilidad o que ciertos gestos que antes dolían, ahora sean más fáciles.

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