El dolor localizado en un solo lado del cuello, especialmente el izquierdo o derecho, suele deberse a causas musculares o posturales, pero también puede estar relacionado con nervios comprimidos o problemas articulares.
Las causas más frecuentes del dolor cervical unilateral
Aunque puede haber muchas razones, estas son las más habituales:
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Contractura del trapecio o elevador de la escápula: tensión muscular acumulada por estrés, mala postura o frío.
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Tortícolis aguda: rigidez brusca, normalmente al despertar, que limita el movimiento hacia un lado.
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Pinzamiento nervioso: cuando una raíz nerviosa cervical se irrita, puede provocar dolor que se irradia hacia el hombro o el brazo.
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Postura mantenida: pasar horas mirando hacia un lado (ordenador, móvil, dormir boca abajo) puede cargar un solo lado del cuello.
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Lesión articular o cervicalgia mecánica: pequeños bloqueos en las articulaciones del cuello que generan dolor focal.
¿Cómo saber qué tipo de dolor cervical tienes?
Aunque el diagnóstico definitivo debe hacerlo un profesional, hay algunas pistas que te pueden orientar:
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Si el dolor aumenta con el movimiento y está localizado, probablemente es muscular o postural.
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Si se irradia hacia el hombro, brazo o incluso la mano, puede haber una afectación nerviosa.
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Si notas rigidez pero sin dolor agudo, puede deberse a sobrecarga o mal descanso.
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Si el dolor aparece con hormigueo o pérdida de fuerza, consulta con un médico o fisioterapeuta.
¿Qué puede hacer la fisioterapia para aliviar el dolor en un lado del cuello?
El tratamiento siempre dependerá del origen del dolor, pero en general incluye:
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Terapia manual para liberar las contracturas o desbloquear las vértebras.
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Ejercicios suaves de movilidad cervical para recuperar el rango de movimiento.
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Técnicas de relajación y control respiratorio si hay tensión nerviosa.
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Educación postural para evitar que vuelva a aparecer.
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Recomendaciones específicas sobre descanso, trabajo frente al ordenador y uso del móvil.
Si el dolor en un lado del cuello dura más de tres días, no mejora con movimiento o empeora con el paso de las horas, es recomendable acudir a un profesional. También si hay pérdida de fuerza, hormigueo o limitación importante de la movilidad.
Dolor cervical: escúchalo antes de que se vuelva crónico
No hace falta vivir con molestias constantes. Muchas veces, lo que empieza como una simple tensión acaba generando patrones de dolor que se mantienen en el tiempo. Detectarlo a tiempo y abordarlo bien puede marcar la diferencia entre una molestia puntual y un problema crónico.