Talalgia o dolor en el talón: fascitis plantar, causas y tratamiento
Natalia Saez
Septiembre 2025
Autor:
Natalia Saez
Fecha:
Septiembre 2025
Tiempo de lectura:
8 minutos
Categoría:
Dolor en el pie

Dolor de talón: causas, síntomas y cómo aliviarlo

Si alguna vez has sentido un dolor punzante en el talón al levantarte por la mañana, después de caminar mucho o tras un día de pie, sabes lo incómodo que puede ser. Este dolor, también conocido como talalgia, es más común de lo que imaginas y puede afectar a personas activas y a quienes pasan mucho tiempo sentadas o de pie.

En este artículo te contamos qué lo provoca, cómo identificarlo y qué puedes hacer para aliviarlo y prevenir que vuelva.

Dolor en el talón
Dolor en el talón

¿Qué es la talalgia?

La talalgia es el término médico para referirse al dolor en el talón, un síntoma que puede tener múltiples causas y que no debe pasarse por alto. El dolor puede presentarse en diferentes zonas:

  • Debajo del talón: lo más habitual es la fascitis plantar, pero también puede deberse a un espolón calcáneo o a microtraumatismos repetitivos.
  • En la parte posterior: suele relacionarse con la tendinitis del tendón de Aquiles, la bursitis retrocalcánea o incluso con deformidades óseas (como la deformidad de Haglund).
  • En los laterales: puede ser consecuencia de una sobrecarga localizada, alteraciones biomecánicas o el uso de un calzado poco adecuado.
  • Dolor difuso o intenso: en algunos casos, puede deberse a fracturas por estrés, neuropatías o enfermedades inflamatorias (como la artritis).

Aunque la cirugía rara vez es necesaria, es fundamental acudir al especialista para obtener un diagnóstico preciso. Tratar el dolor de talón a tiempo no solo alivia las molestias, sino que también previene complicaciones y facilita una recuperación completa.

Principales causas del dolor de talón

Fascitis plantar

La fascitis plantar es la causa más común de dolor debajo del talón. Se debe a la irritación o degeneración de la fascia plantar, el tejido que sostiene el arco del pie. Provoca un dolor punzante al levantarse por la mañana o tras estar en reposo. Puede coexistir con un espolón calcáneo, pero este no es la causa del dolor, ya que muchas personas tienen espolones sin presentar molestias.

Tendinopatía del tendón de Aquiles

Produce dolor en la parte posterior del talón. Al inicio de la actividad suele ser leve, pero se intensifica con el esfuerzo. Puede acompañarse de rigidez, sobre todo después de descansar, e incluso de hinchazón. El término más correcto es “tendinopatía”, ya que no siempre se trata de un proceso inflamatorio.

Bursitis retrocalcánea

Se localiza en la parte posterior del talón, justo donde el tendón de Aquiles se une al hueso. Genera dolor constante, hinchazón y molestias al calzarse, sobre todo con zapatos duros o ajustados.

Deformidad de Haglund

Es una alteración ósea en la parte posterior del talón que provoca la aparición de un bulto doloroso. El roce con el calzado suele agravar la inflamación y el dolor.

Sobrecarga y alteraciones biomecánicas

Cuando el dolor se presenta en los laterales del talón, puede estar relacionado con una sobrecarga puntual, con una forma de pisar poco eficiente o con el uso de calzado inadecuado. No obstante, también puede deberse a atrapamientos nerviosos u otras lesiones, por lo que conviene valorarlo con un especialista.

Fracturas por estrés

Son pequeñas fisuras en el hueso del talón provocadas por esfuerzos repetidos o deportes de impacto. Se manifiestan con un dolor progresivo que empeora con la actividad y mejora parcialmente en reposo.

Neuropatías y artritis

En algunos casos, el dolor es más difuso o intenso, y no se localiza en un único punto. Esto puede deberse a neuropatías (irritación o compresión de nervios del pie, como el nervio de Baxter) o a enfermedades inflamatorias como la artritis.

Cómo aliviar y prevenir el dolor de talón

Aunque el dolor de talón puede tener varias causas, es importante saber que no todas las patologías responden a las mismas soluciones. Por ello, si sientes molestias, la clave está en identificar la causa para poder aplicar el tratamiento más efectivo.

1. Fascia plantar 

El estiramiento es tu mejor aliado. Te recomendamos ejercicios como, estirar la fascia plantar y la pantorrilla de manera regular, especialmente por la mañana al levantarte. 

Para tu día a día, utiliza calzado con un buen soporte para el arco del pie. Si el dolor sigue, las plantillas o taloneras pueden aliviarse. Además, para reducir la inflamación, puedes aplicarte frío. 

2. Tendinopatía del tendón de Aquiles 

Es muy importante darle un descanso a tu tendón. Te sugerimos evitar las actividades que te causen dolor, y en su lugar, enfocarte en ejercicios de fortalecimiento y estiramiento, siempre bajo la supervisión de un profesional. El uso de una talonera puede ayudarte a aliviar.

3. Bursitis retrocalcánea

La clave para esta patología es reducir la inflamación. Te aconsejamos aplicar hielo regularmente y, si lo consideras necesario, consultar a tu médico sobre el uso de antiinflamatorios. En cuanto al calzado, elige modelos que no ejerzan presión sobre la parte posterior de tu talón y que sean anchos. 

4. Deformidad de Haglund

La prioridad es evitar el roce. Usa calzado que no sea muy rígido o que sea lo suficientemente suave para no presionar el bulto óseo. Las terapias de frío y las plantillas pueden aliviar el dolor, pero en casos persistentes, es recomendable una valoración médica para considerar otras opciones.

5. Sobrecarga y alteraciones biomecánicas

Para corregir estas molestias, es crucial analizar tu pisada. Un podólogo puede ayudarte a identificar cualquier alteración y recomendarte plantillas personalizadas. Si el problema se debe al calzado, es momento de considerar renovarlo por modelos que te ofrezcan una adecuada amortiguación y comodidad para tu rutina diaria.

6. Fracturas por estrés

En caso de una fractura por estrés, el reposo absoluto es obligatorio. Debes evitar cualquier actividad que te cause dolor para permitir que el hueso se recupere. Es esencial que consultes a un especialista para que determine el tiempo de recuperación necesario y si se requiere algún tipo de inmovilización.

7. Neuropatías y artritis

Cuando el dolor de talón se origina por neuropatías o enfermedades inflamatorias, la solución pasa por tratar la causa subyacente. Un diagnóstico médico es fundamental para que te prescriban el tratamiento adecuado y puedas controlar los síntomas de forma efectiva.

Señales de alarma: cuándo acudir al fisioterapeuta

Si bien muchos dolores en el talón mejoran con cuidados en casa, existen ciertas señales de alarma que indican que es crucial buscar valoración de un profesional. Te recomendamos programar una consulta si experimentas algunos de los siguientes síntomas:

  • Dolor intenso y limitante: si el dolor es tan agudo que te impide hacer tus actividades cotidianas, como caminar, estar de pie o hacer ejercicios.
  • Hinchazón o enrojecimiento importante: si ves una inflamación o un enrojecimiento en la zona del talón, ya que pueden ser signos de una afección más seria.
  • Entumecimiento o cambios en la sensibilidad: si sientes entumecimiento, hormigueo o una sensación de ‘alfileres y agujas’ que se esparce hacia el pie, o si te resulta difícil caminar o apoyar el peso.
  • Dolor persistente: si el dolor no mejora o incluso empeora después de más de dos semanas, a pesar de haber aplicado reposo, hielo y calzado más adecuado. 

Un fisioterapeuta puede valorar tu caso, identificar la causa exacta y diseñar un plan adaptado para aliviar el dolor. Este plan no solo se enfocará en aliviar el dolor, sino también en restaurar la movilidad, mejorar la fuerza y prevenir futuras recaídas, asegurando una recuperación completa y duradera.

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