¿Qué es una contractura muscular?
Una contractura muscular es una contracción involuntaria y sostenida del músculo o de algunas de sus fibras. A diferencia de un calambre, que aparece de forma repentina y suele durar poco, la contractura se mantiene en el tiempo y puede generar dolor, rigidez y limitación de movimiento.
Este tipo de lesión se produce cuando el músculo no es capaz de volver a su estado de relajación normal, quedándose en tensión de manera constante.
Contractura, calambre y sobrecarga: ¿cómo distinguirlos?
Seguro que más de una vez te has preguntado si lo que sientes es una contractura, un calambre o simplemente una sobrecarga. Aunque a veces puedes parecer lo mismo, en realidad no lo son.
Como te hemos explicado antes, la contractura se nota como un ‘nudo’ en el músculo: duele, está rígido y no desaparece fácilmente. Se mantiene ahí, durante horas o incluso días, y limita la movilidad.
El calambre, en cambio, es ese dolor o punzada que aparece de golpe y que te obliga a parar lo que estás haciendo. Suele durar pocos minutos, pero es imposible de ignorar. Seguro que te ha pasado alguna vez en el gemelo: de repente se tensa y parece que se ‘sube’ el músculo, y no puedes seguir caminando o estirando.
La sobrecarga muscular es diferente. Es como si el músculo estuviera demasiado cansado, después de entrenar mucho o de no descansar lo suficiente. A diferencia de la contractura, la sobrecarga no deja ese nudo fijo, sino una sensación de cansancio o pesadez.
Saber distinguirlas es importante, te dejamos una tabla comparativa:
Característica | Sobrecarga | Contractura | Calambre |
Definición | Exceso de tensión y fatiga muscular. Es un estado previo a una lesión. | Contracción muscular involuntaria y persistente. | Contracción muscular aguda, dolorosa y transitoria. |
Causas principales | Esfuerzo físico excesivo, movimientos repetitivos o posturas prolongadas. | Sobrecarga sin tratamiento, estrés, mala postura, sedentarismo y falta de hidratación. | Deshidratación, desequilibrio de electrolitos, fatiga muscular o compresión de un nervio. |
Duración | Persistente, puede durar días o semanas. | Persistente, el músculo permanece endurecido durante días o incluso más tiempo. | Muy breve, dura segundos o minutos. |
Síntomas | Pesadez, rigidez, fatiga y dolor generalizado. | Dolor localizado y persistente. El músculo se siente tenso, como un nudo. | Dolor agudo e intenso. El músculo se contrae de forma visible y brusca. |
¿A qué se debe una contractura muscular?
Las causas más habituales de una contractura son:
- Sobrecarga muscular: hacer más esfuerzo del que el músculo está preparado para soportar.
- Mala postura: especialmente frecuente en la zona cervical y dorsal tras muchas horas frente al ordenador.
- Estrés y tensión emocional: que se manifiestan físicamente en zonas como el trapecio o el cuello.
- Falta de descanso o recuperación insuficiente después del ejercicio.
- Golpes o movimientos bruscos, como ocurre en el latigazo cervical tras un accidente de tráfico.
Zonas más frecuentes de contractura
Aunque las contracturas pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, las más habituales son:
- Contractura muscular en el cuello: suele estar relacionada con malas posturas, estrés o dormir en una posición incómoda.
- Contractura en el trapecio: uno de los puntos más comunes, debido al estrés y al exceso de tensión en la zona.
- Contractura muscular en la espalda: puede deberse a sobrecarga, deporte o sedentarismo.
- Contractura muscular en la pierna: más frecuente en deportistas, por fatiga o falta de estiramiento adecuado.
¿Es bueno hacer ejercicio con una contractura muscular?
Depende de la intensidad de la contractura. Si el dolor es leve y la movilidad no está demasiado limitada, se puede realizar actividad suave, como caminar o estiramientos muy controlados.
Sin embargo, no es recomendable hacer ejercicio intenso mientras persiste una contractura, ya que podría empeorar la lesión y aumentar la rigidez muscular.
¿Con qué se quita una contractura muscular?
El tratamiento de una contractura puede incluir varias medidas:
- Aplicar calor local: ayuda a relajar las fibras musculares.
- Masaje descontracturante o fisioterapia: acelera la recuperación y disminuye el dolor.
- Estiramientos suaves: realizados con cuidado para no agravar la tensión.
- Descanso relativo: evitar movimientos bruscos o actividades que empeoren la molestia.
- Buena hidratación y alimentación adecuada: fundamentales para la salud muscular.
En casos más persistentes, lo ideal es acudir a un fisioterapeuta que valore la contractura y aplique técnicas específicas.
Prevención de las contracturas
Algunos consejos para evitar su aparición son:
- Mantener una higiene postural adecuada en el trabajo y al dormir.
- Realizar calentamiento y estiramiento antes y después del ejercicio.
- No abusar del esfuerzo físico sin preparación previa.
- Gestionar el estrés con técnicas de relajación o actividad física regular.
La contractura muscular es una de las molestias más comunes, que puede afectar tanto al cuello, la espalda, el trapecio o las piernas. Aunque suele resolverse con medidas sencillas como calor, estiramientos suaves y fisioterapia, lo importante es prevenir su aparición y no forzar el músculo cuando está en tensión.
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