¿Qué es la cifosis y la hipercifosis?
La cifosis es una curvatura de la columna vertebral que provoca que la espalda adopte una forma redondeada hacia adelante. Es común que aparezca en la zona dorsal (cifosis dorsal), pero en algunos casos también puede presentarse en la zona lumbar (cifosis lumbar).
De forma natural, nuestra columna tiene curvas fisiológicas (cifosis en la región dorsal y lordosis en la región lumbar) que ayudan a mantener el equilibrio y absorber impactos. El problema surge cuando esas curvas se exageran y generan dolor, rigidez o limitaciones en el movimiento.
Cuando esta curvatura se acentúa de manera excesiva, se denomina hipercifosis. Generalmente, se considera hipercifosis cuando la curvatura supera los 45° . Esta condición puede provocar una postura encorvada, conocida coloquialmente como "joroba", y puede estar asociada con dolor, rigidez y, en casos graves, dificultades respiratorias debido a la compresión de los pulmones.
Cifosis y lordosis: ¿en qué se diferencian?
La columna tiene curvas naturales que ayudan a mantener el equilibrio y a proteger la espalda en el día a día. Entre ellas, las más conocidas son la cifosis y lordosis, que a menudo se confunden, aunque no son lo mismo:
- Cifosis: es la curva hacia atrás en la zona media de la espalda (dorsal). Cuando está acentuada puede dar la apariencia de una espalda encorvada.
- Lordosis: es la curva hacia delante, sobre todo en la zona lumbar y cervical. Si la curva es demasiado pronunciada, puede causar molestias en la espalda.
Ambas forman parte de la anatomía normal de la columna, pero cuando se acentúan demasiado pueden generar dolores de espalda, sobrecargas musculares e incluso problemas respiratorios en casos más graves.
Tipos de cifosis más frecuentes
Existen distintos tipos de cifosis, algunas se desarrollan por hábitos de postura, otras por cambios estructurales o por el envejecimiento. Conocerlas ayuda a entender por qué aparece el dolor y cómo se puede tratar. Aquí te contamos cuáles son las más frecuentes.
- Cifosis postural: es la más común y aparece por hábitos de mala postura, como pasar muchas horas encorvado, sentarse encorvado frente al ordenador o el móvil. Suele ser más frecuente en adolescentes y jóvenes, y generalmente mejora al corregir la postura y fortalecer la musculatura.
- Cifosis estructural: se produce por cambios en la forma de las vértebras, como ocurre en la enfermedad de Scheuermann. En estos casos, la curvatura dorsal es más marcada y rígida, y no desaparece al intentar enderezar la espalda.
- Cifosis degenerativa: es más habitual en personas mayores, asociada al desgaste de los discos intervertebrales o la osteoporosis. Se desarrolla de forma gradual y puede dar lugar a molestias o rigidez en la zona dorsal.
- Cifosis lumbar: es menos frecuente, pero puede aparecer cuando la curva normal de la zona lumbar se invierte hacia atrás en lugar de mantener la lordosis natural. Esto puede generar tensión y dolor en la zona baja de la espalda.
Cifosis y deporte: el caso del baloncesto
En algunos deportes, la postura repetitiva del tronco hacia delante, puede agravar la cifosis. Esto ocurre en actividades como el baloncesto, hockey, voleibol, ciclismo o remo, donde ciertos gestos y posiciones se repiten constantemente.
Esto no significa que el deporte cause deformidad, pero sí que puede favorecer desequilibrios musculares que agraven la postura encorvada si no se acompaña con un buen trabajo de fortalecimiento y estiramiento. Mantener un buen equilibrio muscular ayuda a mejorar la postura, prevenir molestias y optimizar el rendimiento.
¿Es posible corregir la cifosis?
La gran pregunta es: ¿se puede corregir la cifosis? La respuesta depende del tipo, de su origen y de la edad de la persona.
En niños y adolescentes, las cifosis posturales, suelen mejorar bastante con educación postural, ejercicio terapéutico y fortalecimiento de la musculatura de la espalda, ya que su columna todavía está en crecimiento.
En los adultos, las cifosis estructurales o degenerativas, no siempre se pueden “eliminar” por completo, pero sí mejorar los síntomas, reducir el dolor y evitar que avance.
En casos severos, especialmente cuando compromete la función respiratoria o causa dolor intenso, tanto en jóvenes como en adultos, el especialista puede valorar un tratamiento más invasivo, como el uso de corsé o la cirugía.
En todos los casos, la clave está en una valoración individualizada y un plan adaptado a cada persona.
Síntomas habituales de la cifosis
No todas las personas con cifosis sienten dolor, pero cuando aparece, suele manifestarse de las siguientes formas:
- Dolor o rigidez en la parte alta o baja de la espalda.
- Hombros caídos y sensación de “espalda encorvada”.
- Fatiga muscular, especialmente al estar de pie o sentado mucho tiempo.
- En casos graves, dificultad para respirar por limitación de la expansión torácica.
Reconocer estos síntomas a tiempo puede marcar la diferencia a la hora de mejorar la postura y prevenir molestias a largo plazo.
Tratamiento y prevención de la cifosis
El tratamiento de la cifosis combina distintas estrategias que se complementan para poder corregir la postura y reducir la tensión:
- Ejercicio terapéutico: trabajar la espalda y estirar el pecho ayuda a que tu postura mejore y a que la tensión muscular disminuya.
- Educación postural: aprender a sentarse, moverse y hacer deporte con una postura correcta ayuda a prevenir que la curva aumente .
- Fisioterapia: técnicas manuales, ejercicios guiados y programas personalizados puedes recuperar movilidad y aliviar molestias.
- Otros tratamientos médicos: en casos más graves, el uso de corsé o la cirugía pueden ser necesarios.
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